El Yacaré (leyenda Charrúa)
Dicen que el
universo, incluida la Tierra,
fue creado de la Yerba.
Y que los dioses
luego de acabar la tarea de la creación se reunieron para redactar un informe
en el que dejar registradas detalladamente las características de su obra (es que el universo está lleno de
dioses novatos que se apropian del trabajo ajeno). Para sorpresa suya, los
dioses notaron que la cosa no estaba saliendo como ellos querían. Pues todo lo
que escribían sobre la
Creación, les quedaba poco científico, más bien sonaba a
leyenda, lo que quitaba credibilidad a su trabajo.
Lo primero que hicieron
fue llamar a interesados en narrar su obra. Pretendían hallar a alguien
objetivo, metódico, imparcial y con la suficiente paciencia y dedicación para
no perder detalle de hasta la más humilde criatura de la creación. Pero
tuvieron poca suerte, justo era verano y a un dios vecino se le había ocurrido
inundar medio mundo con un diluvio, por lo que todos estaban en primera fila
esperando ver el suceso (en realidad algunas Nutrias se presentaron a la
convocatoria, pero a la hora de trabajar no tuvieron otra idea que ponerse a
jugar un serio y se murieron de la risa - al menos fue lo que dijo el forense
-). En medio de la decepción, y molestos por la humedad que del mundo venía,
algunos dioses vieron que entre las aguas un gran tronco de yerba venía
flotando (en aquella época la yerba tenía mucho palo). Entonces se les ocurrió
la gran idea. Si todo está hecho de yerba, que mejor que la yerba misma para
contar la creación. Y después de esta brillante elucubración científica, le
dieron vida al tronco de yerba y le llamaron Yacaré, que en la lengua de los
dioses quiere decir: “Tronco durmiente”.
Así el Yacaré, nacido
de la yerba, es quien se ha dedicado a estudiar, fría y pacientemente toda la
creación, y contarla en un lenguaje distinto al de las leyendas.